Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Santiago 3:6
Qué difícil es controlar nuestra manera de hablar, muchas veces por causa de enojo, discusiones o simplemente cundo algo no nos está saliendo bien, explotamos con una ¡MALA PALABRA! Y luego reaccionamos y nos damos cuenta de lo que dijimos cuando ya las hemos dicho, cuando ya nos han escuchado y peor aun cuando ya pudimos haber herido a una persona.
Qué difícil es controlar nuestra manera de hablar, muchas veces por causa de enojo, discusiones o simplemente cundo algo no nos está saliendo bien, explotamos con una ¡MALA PALABRA! Y luego reaccionamos y nos damos cuenta de lo que dijimos cuando ya las hemos dicho, cuando ya nos han escuchado y peor aun cuando ya pudimos haber herido a una persona.
Con nuestra lengua muchas veces se calumnia, está el chisme, malas palabras, se maldice, herimos, juzgamos, etc.
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Santiago 3: 9-11
Por otro lado la biblia también nos habla que de la abundancia del corazón habla la boca (Lucas 6:45) esto es sin duda alguna es algo que ami me ayudo mucho, aprendí a pensar antes de hablar, a tener más cuidado de lo que digo en mis conversaciones, en todo, ya que también por mi manera de hablar pueden darse cuenta que Cristo vive en mi, y que si El está en mi corazón, no tiene porque salir palabras sucias.
Poco a poco podemos ir logrando dejar esa forma de hablar, pidiéndole en todo momento a Dios, porque EL es quien nos renueva cada día.
Recuerda que una princesa o príncipe de Dios, no se ve bien con una boca llena de mentiras, jactanciosa y de palabras sucias, que en vez de edificar, lo que hacen es contristar al Espíritu Santo.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19: 14
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra. 2 Tesalonicenses 2: 16-17
Aporte: Kari Gazo
Grupo web Destello de Su Gloria
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