domingo, 11 de septiembre de 2011

24. Muchas veces...





PARA MEDITAR…
MUCHAS VECES
El resfrío “chorrea“ cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona“ cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estomago “arde” cuando las rabias no consiguen salir.

La diabetes “invade” cuando la soledad duele.
El cuerpo “engorda” cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza “deprime” cuando las dudas aumentan.
El corazón “afloja” cuando el sentido de la vida parece terminar.
La  alergia “aparece” cuando el perfeccionismo se pone intolerable.
Las uñas se “quiebran” cuando las defensas se hallan  amenazadas.
El pecho “aprieta” cuando el orgullo esclaviza.
La presión “sube” cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis “paralizan” cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre “calienta” cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
¿Y tus dolores callados?  ¿Cómo hablan en tu cuerpo?.
Pero cuidado… elegí que hablar, con quien, donde, cuando y como.
Elegí a alguien que te pueda ayudar a organizar las ideas, ordenar las sensaciones y recuperar la alegría.
TODOS PRECISAMOS DE UN OYENTE INTERESADO.
“Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día” (SALMO 32:3)

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